Estrategias para autónomos ocupados.

Son muchos los profesionales que trabajan más de diez horas diarias y siguen sin sacar partido a sus minutos. ¿Cómo explicas eso? Parte del éxito está estrictamente relacionado con una buena organización del tiempo de trabajo. Y de ocio, por supuesto. 

Tu agenda Mira qué es lo que apuntas en ella y piensa hasta qué punto le haces caso o le prestas atención. Ahora mira el reloj y piensa: ¿He hecho hoy todo lo que tenía que hacer? ¿He llegado a los objetivos que me había planteado? Si te estás haciendo un lío, es muy posible que ni siquiera te hayas propuesto unos objetivos claros o que simplemente hayas tirado la agenda por la ventana. Pues bien, tampoco es cuestión de que ahora vayas a desesperarte. Debes organizar tu tiempo y hacerlo de manera eficiente para que esto se refleje en resultados y para que, en definitiva, vivas más tranquilo… y mejor. A continuación, te damos tres claves que deberás aplicar a tu trabajo, por supuesto, con mucho esfuerzo personal.

1. Más a veces es menos: organiza tu horario.

Los autónomos suelen estar disponibles las 24 horas del día. Están siempre preparados para resolver cualquier duda a sus clientes a través de correo electrónico o vía telefónica, aunque los llames un domingo por la mañana en pleno desayuno. La cosa se complica cuando además trabajas en casa, con el despacho demasiado cerca. Es por eso que te recomendamos establecer un horario fijo para cumplir a raja tabla. Esto te permitirá, sin duda, estar más concentrado durante el tiempo de trabajo y descansar en horas intempestivas. Olvídate de responder el correo electrónico mientras terminas de cenar. Puedes configurarte un horario extenso y reservar al mismo tiempo tu propio espacio personal. Es una buena forma de estar más fresco y relajado. Te lo mereces, muy a pesar de que te encante tu trabajo.

Reserva también espacio para dedicar tiempo a tu familia, pero también a tus hobbies. Guarda tu tiempo libre para ir al cine, practicar deporte, leer o simplemente relajarte. Verás como tus clientes al final lo agradecen. Rendirás más.

 

2. Controla tus tareas pendientes y finalizadas: lleva tu agenda al día.

Trabaja sobre un horario al detalle. Rellena una agenda con tus tareas pendientes y hazlo en el soporte que prefieras. Puedes anotarlas en un papel y colgarlo en el corcho de tu oficina, pero también puedes utilizar el gran abanico de soportes electrónicos que actualmente tienes a tu disposición. Nos referimos a los teléfonos inteligentes o a las tabletas, con programas eficientes que te avisarán de cada tarea pendiente y descartarán aquellas que ya hayas llevado a cabo. Programa tus reuniones e incluso las gestiones personales, de manera que negro sobre blanco, todo quede más claro.

3. Prioriza: es la clave.

¿El correo electrónico te distrae? ¿Las peticiones improvisadas de tus clientes te traen de cabeza? Pues bien, la clave es priorizar. Tienes que marcar las tareas urgentes y darles prioridad. A su vez, también tienes que aplazar aquellas reuniones, encuentros o gestiones que puedan esperar, siempre situándolas en un lugar de tu agenda para resolverlas a posteriori. Te recomendamos que reserves y agrupes tu tiempo para realizar las visitas a tus clientes, tus reuniones o gestiones con proveedores. De esta manera, incluso podrás programar las actividades mes a mes, dejando para el final lo menos importante o simplemente gestionando tus quehaceres según las necesidades de tu negocio.

Te recomendamos que pongas en práctica estos consejos cuanto antes. Estaremos encantados de leer tus opiniones para ver cómo te han beneficiado estos cambios. Seguro que con tu experiencia puedes ayudar a otros profesionales como tú. ¡Suerte!

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